La Archicofradía Sacramental rinde veneración pública a S.S. San Juan Pablo II Papa bajo la forma de dos representaciones artísticas: Una pintura sobre tabla y un Relicario. El primero fue ejecutado por el pintor mairenero Jose Manuel Peña Jiménez en técnica mixta sobre tabla. De grandes dimensiones, la obra se encuentra realizada con un moderno estilo que interpreta una popular fotografía con la cara del pontífice en primer término, y una mano apoyada en el báculo episcopal que San Juan Pablo utilizaba de forma habitual, con un crucificado plateado interpretada de una forma expresionista. El santo padre aparece revestido con ropas pontificales, con una mitra “pretiosa” (mitra litúrgica con incrustaciones de piedras preciosas y bordados) y con el palio al cuello.
La segunda forma de veneración de San Juan Pablo II en nuestra Archicofradía es un relicario de metal plateado que se encuentra depositado en el camarín de Nuestra Señora del Rosario. El relicario adaptó un antiguo viril de bronce fundido que poseía la Archicofradía con una galleta de rocallas a modo de orla. Se encuentra coronado con el escudo del santo padre en cuestión, junto con el trirregno y las llaves de San Pedro cruzadas tras él. Un vástago de formas lisas da pie a otra orla de rollacas cincelada en la base donde se inscribe “Soy de la Archicofradía Sacramental”. El relicario fue diseñado por D. Nolasco Alcántara Madroñal y ejecutado por el orfebre de Puente Genil D. Raúl Cejas Pérez en 2016-2017. La reliquia que conserva en su interior es un retazo de una de las sotanas de moaré blanco que su santidad utilizaba en la vida diaria. Fue gestionada y donada a nuestra Archicofradía por nuestra hermana Doña Teresa Amadora Fraga e Iribarne.